SE CANSÓ DE SER DIRECTORA DE UNA ESCUELA Y HOY ES LA ULTRA RUNNER MÁS ADMIRADA DE CHILE
La ultra runner chilena Francisca González Ibar reveló que fue a sus 50 años cuando dejó atrás un pasado como directora de un colegio en Las Condes para convertirse hoy en influencer en redes sociales y en una de las corredoras más famosas y más buscadas por las marcas de su país. Madre de cinco hijos y abuela de cinco nietos, Ibar aseguró en diálogo con EloPodast.com que su trabajo en el área escolar no la hacía feliz, por eso renunció y se lanzó a la máxima aventura. Esta es la historia de una mujer emprendedora, que hoy puede dar testimonio, cómo se siente haber formado un grupo de corredoras que incentiva a las mujeres a animarse a “no postergarse más”. El testimonio de una protagonista que dejó de trabajar 12 horas en una oficina para viajar por el planeta con el orgullo de haber participado en más de 70 competencias, en 15 países del mundo.
“Cuando cumplí 50 años tuve un cambio más radical. Por entonces trabajaba 12 horas de lunes a viernes en un colegio y lo único que esperaba era el fin de semana. Yo ya había trabajado en un avión, en modelaje, estaba juntada, casada y separada dos veces. Y mis cinco hijos ya estaban grandes y yo no tenía tantos gastos. Entonces me propuse planificar mi salida de la dirección y volví a encontrarme con algo que me hiciera brillar los ojos, levantarme a la mañana con ganas. Lo encontré en salir a correr al cerro de Santiago que me queda cerca de casa. En Santiago tenemos 21 cerros. Somos la capital del mundo que más cerros tiene. Vivo al lado de la Cordillera de los Andes. Arranqué con 10 kilómetros y fui subiendo de apoco. Hoy, soy ultra runner, tengo más de 44 mil seguidores en Instagram, también estoy en TikTok. Algunos piensan que estoy paveando en redes, pero da mucho trabajo mantenerlas actualizadas”, expresó Ibar.
Dueña de una historia apasionante Ibar, dejó la oficina para ser una mujer libre que disfruta ser una ultramaratonista que corre distancias entre 80, 100 y 12 0 kilómetros. Asimismo, para incentivar a las mujeres y generar un ingreso fijo, ella armó un grupo deportivo llamado Mujeres al cerro. “Cuando convoqué a mujeres por Instagram, muchas decían: ‘qué ganas, pero yo no lo haría sola’. En la primera convocatoria subí con 30 y dije más atletas no, porque qué hago con tantas mujeres en el cerro. Algunas me preguntan: ‘puedo traer un hijo». Y yo se los prohíbo: ‘no es para vos, no es para otro, este es un rato para la mujer sola’. Son 4 horas subir y bajar 4 kilómetros. Demoramos dos horas subir y hora y media en bajar. Y lo logramos juntas, porque el mayor poder es la mente. Quiero que el cuerpo me dure para poder correr 10 años más. Igual me cuido eh, ya estoy menopáusica y no fuerzo mi físico que tuvo sus lesiones. Por ejemplo, no corro más de cinco veces a la semana, no más de 70 kilómetros”.
Al mismo tiempo, Ibar se asume como una mujer linda, no tiene problemas en decir que no es normal y disfruta de tener sus abdominales marcados. “Siempre fui buena moza, mis hijos ya están acostumbrados a mis posteos en bikini en redes porque ya desde el colegio los compañeros le decían cosas”, dijo, entre risas. Y dio detalles de su excelente estado atlético: “Depende mucho de la edad a la que empezaste. Si partiste a los 20 años –como los deportistas de alto rendimiento–, a los 50 ya estás hecho bolsa de tanto entrenamiento. Además, ahora la expectativa de vida son 80 años, entonces a mí me quedan 30 y espero que sean 10 de seguir corriendo en lo que me gusta, que es la ultra distancia. Probablemente, deberé hacer menos carreras, sólo cuatro en el año y descansar más. Eso sí lo he sentido: necesito más días de reposo para recuperarme. La gente cree que uno pasa todo el día en eso y, en realidad, es una hora del día. Todos dicen “no tengo tiempo” –somos súper buenos para encontrar excusas–, pero no entienden que una se hace el tiempo. Tenemos las mismas 24 horas, depende de nosotras cómo las distribuimos”.